ESPAÑA NO ES GRECIA PERO SE LE PARECE

  • Ambos países pertenecen al sur de Europa y comparten aspectos sociológicos importantes en religión y en la socialización de su población.
  • El siglo XX en España y Grecia es prácticamente una calcamonía a ambos lados del Mediterráneo.

igleisas - tsipras

Desde la victoria de Syriza en las elecciones griegas, la clase política española se ha esmerado en hacer llegar un mensaje que casi parece un eslogan: España no es Grecia. Todas las valoraciones emitidas desde el PP hasta Podemos se empeñan en repetir esta idea. Los populares y el PSOE repiten el mantra porque ven con temor la posibilidad de que ambos pierdan las próximas elecciones y se abra un paréntesis o un punto y final en el bipartidismo. En el caso de Pablo Iglesias y los suyos, porque quieren evitar cualquier paralelismo con Syriza en caso de que éstos defrauden o su gestión derive en un nuevo fracaso de la política helena. Es cierto que España no es Grecia, pero se le parece.

Ambos países se ubican en el sur de Europa, con todas sus consecuencias.  Madrid y Atenas han avanzado siempre a remolque de los cambios sociales, culturales y económicos que sucedían al norte de los Pirineos y los Balcanes; ninguno de los dos Estados se encuentra en la periferia económica pero tampoco han desarrollado unas cadenas de producción que les permitan situarse en el centro del sistema mundo. Sus economías dependen demasiado de los servicios y del sector agrícola (en menor medida en el caso español). Los campos de Castilla y la escarpada geografía helena comparten una importantísima figura en la socialización de los habitantes del mundo rural: el cacique u oligarca. Ambas sociedades, la española y la griega, son profundamente religiosas, aunque una sea católica y la otra ortodoxa. Los dos países abandonaron sendas dictaduras –la franquista y la de los coroneles- a mediados de los años 70, en lo que se denominó la tercera ola democratizadora, iniciada con la Revolución de los Claveles de Portugal, extendida a Grecia y España, y posteriormente a Latinoamérica para acabar con el derrumbe del bloque soviético.

Similar cronología política durante el siglo XX

Precisamente es en los aspectos políticos donde España y Grecia comparten una trayectoria muy similar, que puede volver a coincidir si Podemos, partido espejo de Syriza, logra acabar el año gobernando. Ambos países llegaron a marchas forzadas al liberalismo tras una historia oscura detrás, en el caso heleno, dejando de lado cuatro siglos de pertenencia política y cultural con el Imperio Otomano. La monarquía parlamentaria, con una incipiente e inestable democracia representativa a ambos lados del Mediterráneo se vio truncada por un periodo republicano y una dictadura de corte fascista en ambos casos, compartiendo fechas muy próximas. Grecia iniciaba su Segunda República en 1924. Su fin llegó nueve años después. El fascismo se impuso en el poder heleno en 1936 con la Dictadura de Metaxas, que acabaría en 1941. España realizó el camino inverso. Primo de Rivera instauró su régimen desde 1923 hasta 1930. De ahí se pasó a la ‘dictablanda’ y posteriormente al breve lapsus tricolor español: de 1931 a 1939, con la victoria del bando nacionalista –que no nacional–  en la Guerra Civil.

En el caso español, Franco se mantuvo en el poder hasta 1975 mientras que los helenos disfrutaron de un periodo democrático dentro del bloque occidental hasta 1967. En ese año, un nuevo golpe de Estado instauraría la Dictadura de los Coroneles, derrotada en 1974.

El bipartidismo sigue en Grecia

Ambos pueblos volvían a empezar de cero a mediados de los años 70 bajo gobiernos de centroderecha (Nueva Democracia y UCD), que verían arrebatado su poder por la socialdemocracia del Pasok en Grecia (1981), partido fundado por Andreas Papandreu, y del PSOE de Felipe González (1982). Desde entonces hasta enero de 2015 el modelo de partidos que ha imperado en estos dos países del sur europeo ha sido el bipartidista imperfecto: ‘PPSOE’ o Nueva Democracia – Pasok.

Ese sistema no se ha roto en Grecia. La formación conservadora de Antonis Samarás y Syriza ocupan el 75% de los escaños del Parlamento heleno, por primera vez sin un miembro de la familia Papandreu en la cámara. Lo que ha ocurrido es que la izquierda alternativa ha sustituido en ese modelo bipartidista al Pasok, el Titánic socialdemócrata que se ha hundido. Y es lo mismo que puede ocurrir en España a finales de año: el populismo, radicalismo, izquierdismo, izquierda alternativa… como quieran llamarlo, tiene la oportunidad de arrebatar al PSOE la posición de partido de Gobierno y ocupar el segundo lugar en el voto de los españoles, o incluso situarse como el partido ganador. Los interlocutores de Podemos y PP obvian en su discurso de precampaña a los socialistas al igual que le ocurrió al Pasok. Pablo Iglesias y Pedro Arriola, gurú sociológico de Mariano Rajoy, coinciden en que sólo hay dos opciones en los próximos comicios: PP o Podemos.

Pero diez u once meses en política son toda una vida, más aún cuando previamente habrá otras cuatro elecciones de por medio: andaluzas, autonómicas, locales y catalanas sin olvidar las primarias del PSOE. A la espera del desarrollo de Syriza como partido gobernante, se mirará con lupa todo lo que ocurra en Grecia por si puede repetirse en España. De momento, lo que ha ocurrido es una coalición de Alexis Tsipras con los nacionalistas de derechas, xenófobos y homófobos, de ANEL, cuando Syriza tenía pretendientes de sobra en la izquierda con los que haber podido gobernar: el Pasok, To Potami o los comunistas de KKE.

Podemos – VOX

Pese a que ANEL sea una formación conservadora, Tsipras y los suyos han defendido su pacto a través de su unión en la defensa de la soberanía nacional frente a las imposiciones macroeconómicas de la Unión Europea y la Troika. La versión española de este drama griego bien la podrían protagonizar Podemos y VOX. La formación liderada por Santiago Abascal surgió como una escisión a la derecha del PP, al igual que ANEL de Nueva Democracia en 2012. Los nacionalistas griegos tienen ya experiencia electoral, se han presentado en tres ocasiones a los comicios nacionales con una horquilla de entre los 300.000 y los 700.000 votantes. VOX aspira a conseguir al menos 500.000 papeletas en las urnas de finales de este año.

Parece difícil imaginar un pacto similar en España entre Abascal e Iglesias para alcanzar la estabilidad en la Moncloa. Peo lo que sería imposible adaptar a nuestro país desde el drama griego es el otro gran titular que ha dejado la formación del Gobierno de Syriza. Es imposible pensar a día de hoy en España en un Gobierno en el que no haya ni una sola ministra. Afortunadamente, España no es Grecia, aunque se le parece.

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